domingo, 27 de abril de 2008

Nora Guinzburg, la defensora de Patti en el Congreso

Los sueños del ex subcomisario Luis Patti de reciclarse en la democracia como diputado duraron poco. La Cámara baja, en su última sesión, aprobó su desafuero por 196 votos a favor contra 9 negativos y 11 abstenciones. Y algunas horas después, la Justicia Federal de San Martín volvió a detenerlo por la causa que se investiga la desaparición de dirigentes justicialistas durante la última dictadura. Sin embargo, Patti tiene una defensora incansable en el Congreso: la diputada de RECREAR Nora Guinzburg, quien no duda en criticar lo sancionado por la Cámara. “El desafuero se llevó a cabo vulnerando lo previsto por el artículo 70 de la Constitución Nacional, es decir sin examinar el mérito del sumario y además en violación a lo dispuesto por la ley 25.320, que establece el derecho de defensa”. Nora Guinzburg ya había tenido intervenciones polémicas, en su función, como la negativa a participar en la sesión de repudio al golpe del 24 de marzo de 1976 y calificar a los homosexuales de “minoría caprichosa”. Además, no dudaba en defender al ex policía aun antes del fallo favorable de la Corte Suprema. “El diputado Patti(sic) debió haber asumido su banca como correspondía. En la sesión de mayo de 2006 me opuse por sostener que la Cámara de Diputados no tiene facultades para revisar los títulos que no han sido oportunamente rechazados por la Justicia Electoral. Pero se ha elaborado una doctrina particular y extravagante que ya había sido desestimada por nuestro más alto Tribunal en el caso Bussi”. Pero a pesar de que la historia familiar de la diputada se encuentre más cercana a las víctimas que a la de los victimarios, la legisladora lopezmurphista afirma que hay que convivir con los sectores autoritarios. “Mis abuelos paternos, Rafael Ginzburg y Bora Mikliyanski, fueron muertos en Bialystok durante la invasión nazi y quemados en una sinagoga por el solo hecho de ser judíos. Los judíos ashkenazi, es decir europeos, tenemos la costumbre de poner los nombres en honor a nuestros antepasados muertos. Yo me llamo Nora por mi abuela Bora y Raquel por mi abuelo Rafael. Es decir que crecí con esta tragedia y la voy a llevar conmigo toda mi vida. No obstante, no soy capaz de impedir la palabra a nadie, aunque sea una persona con inclinación nazi, porque creo en el Estado de derecho y en la libertad”. En cuanto al terrorismo de Estado vivido durante la última dictadura militar, Guinzburg mantiene una particular posición socializante en cuanto a las culpas de lo sucedido en esa época. “Considero que establecer el 24 de marzo de 1976 como inicio del terrorismo de Estado es tener una verdad sesgada. Toda la sociedad debe hacer su mea culpa y analizar cuál ha sido su grado de responsabilidad. No debemos echarle la culpa sólo a los militares, porque ya bastante tienen. Si nosotros no los hubiéramos apoyado, esto no hubiera sucedido”. Finalmente, Guinzburg declara no compartir la política actual de derechos humanos del gobierno nacional. “Parece que la historia que vivió y sufrió mi generación es negada y suprimida. En el país, el terrorismo subversivo existió y fue el antecedente del golpe del 76. Ambos fueron responsables por los miles de muertos y por eso no resulta lógico que se mida a los componentes de uno y otro bando con una vara diferente, tal como ocurre hoy en el caso Patti”. Luis Mastroiani

1 comentario:

maure dijo...

Una pregunta: ¿no conocen un blog más aburrido para recomendar?, es que me quiero suicidar.
Joda chicos, sigan así.