sábado, 28 de junio de 2008

Un camping en la plaza de los Dos Congresos

Mientras desde las comisiones de Agricultura y Presupuesto de la Cámara de Diputados se discute el controvertido proyecto sobre el aumento de retenciones a las exportaciones del campo, la tradicional plaza de los Dos Congresos se transformó en un camping, con guitarreadas y todo, en pleno invierno porteño. Por un lado, los sectores kirchneristas tomaron la iniciativa y coparon el sector ubicado que da a la avenida Entre Ríos entre Hipólito Yrigoyen y Rivadavia, frente al histórico edificio. Esta acción motivó un intento fallido de desalojo del gobierno porteño que encabeza el opositor Mauricio Macri, argumentando que la instalación de las cinco carpas K se había realizado sin el permiso correspondiente."Los espacios públicos son públicos, es decir son del pueblo y nosotros tenemos derecho a utilizarlo para apoyar al gobierno nacional", respondió uno de los referentes de la agrupación juvenil La Cámpora, Pablo Onz ante las críticas del jefe de Gobierno por la supuesta ocupación indebida de una parte de la plaza. Y además pertenecer al oficialismo nacional a veces tiene sus ventajas, ya que los funcionarios del Ministerio de Espacio Público de la Comuna no pudieron ejecutar el desalojo al no contar con el apoyo de la Policía Federal, que depende del ministro de Justicia Aníbal Fernández. Finalmente, el juez Roberto Gallardo permitió la permanencia de las carpas kirchneristas. Ante la madrugada de las agrupaciones afines al gobierno de Cristina de Kirchner, los sectores rurales _que sí tenían el permiso de Macri_ -se tuvieron que conformar con armar una sola carpa en el sector sur de la plaza. Sin embargo, el sector agrario apeló a su creatividad e instaló también un toro gigante inflable que llamaron Alfredito,en obvio homenaje al dirigente opositor del momento Alfredo de Angeli. "Con la cantidad de gente que viene a apoyarnos tendríamos que instalar 500 carpas, pero por ahora con una sola nos vamos a manejar", afirmó Agustín Recondo, encargado de prensa de la carpa del campo. Por su parte, los muchachos kirchneristas no se quedaron atrás y trajeron una pareja de pingüinos inflables con su respectivos huevos, que misteriosamente desaparecieron a las 24 horas. Y además prometieron conseguir un toro mecánico, "que será fácil de domar". Sin embargo, no todo es rivalidad entre los dos grupos de campamenteros urbanos.Un programa de cable, con el supuesto fin de integración, logró que integrantes del campo y oficialistas aceptaran enfrentarse en un partido de tocata de rugby en uno los pocos lugares libres de la plaza. El improvisado match fue ganado por el equipo del campo. En síntesis, desde las dos partes del flamante camping porteño se anunciaron que habrá charlas, actividades culturales y recreativas para todos los gustos hasta que el Congreso logre la misión, hoy al parecer imposible, de sancionar una ley de retenciones a las exportaciones que deje conforme a todos.

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